El 28 de abril de 2021 nació el movimiento social vivido en la ciudad de Cali, ubicada en el suroeste de Colombia. Los altos niveles de corrupción y la creación de impuestos para financiar la pandemia de COVID 19 han generado críticas al gobierno nacional. El ex ministro de Hacienda, el señor Alberto Carrasquilla, desconoce la realidad social y la falta de incentivos a los campesinos del país, como consta en la entrevista con Vicky Dávila, periodista de la revista Semana, medio (18 de abril de 2021) que tiene un alto grado de credibilidad donde dicho ministro comete el error de decir que la docena de huevos cuesta 1800 pesos. El influencer Alejandro Riáño retrata esta situación en su canal y otras redes sociales, provocando un brusco despertar en la población.

Un nuevo generador de demostraciones

El paro, como lo llaman los colombianos a diario, empieza a tener más registros de diferentes sectores que se han sumado a la lucha por las injusticias cometidas. De ahí la preocupación: ¿es Colombia realmente un escenario de guerra? ¿Es Colombia un país que, en medio de una pandemia, obliga a la población a aceptar un aumento de impuestos sabiendo que no hay suficientes ingresos? Si bien es cierto que los funcionarios del Estado desconocen el valor de los artículos de la canasta familiar que produce el agro colombiano, el cual tiene pérdidas que se han traducido en millones de pesos por la falta de regalías del Estado para generar empleos. Aquí es donde la manifestación tiene sentido: dar la espalda a más de cincuenta millones de colombianos genera malestar social.

La comunidad internacional sigue sin comprender el riesgo creciente de las políticas estatales. Hasta aquí podemos concluir que el acto de violencia fue el "valor" de un artículo consumido en todo el país. La clase política ha sido vinculada a la creación de reformas fiscales que no generan bienestar social, reconocidos senadores del partido político Centro Democrático del país concluyen que es necesario cobrar el impuesto a la clase media, generando incompatibilidad entre los escasos apoyos gubernamentales y la iniciativa de destinar recursos a una sola clase social: la oligarquía.

La fuerza civil y policial que en consecuencia genera la aplicación de teorías relacionadas con la legitimidad del ejercicio de la protesta social como parte de los derechos humanos, el ex senador Álvaro Uribe Vélez en su cuenta oficial de Twitter insta al presidente colombiano Iván Duque Márquez a reprimir a la población denunciante en el uso de la fuerza letal para recuperar el control de la soberanía colombiana, que en su opinión está en peligro. Las declaraciones que comparan el estado colombiano con Venezuela imprimen una copia de las experiencias sociales de un estado a otro.

El conocido vandalismo de establecimientos públicos y privados se genera en lo expresado por Andrés López. Una solución al malestar interno, desinformando a millones de compatriotas sin razón, esta teoría también incluye una manipulación sistemática del comportamiento sentimental o emocional asociado a la revolución como signo de inseguridad nacional.

La revolución molecular se disipó como fuente de fascismo

La ultraderecha utiliza la tortura de la Revolución Molecular disipada aplicada a los manifestantes, creando un fascismo tomado por la fuerza pública desde la legitimidad existente sin mucho aporte científico en la confirmación de la eficiencia y eficacia de estos preceptos, marco teórico del estigma de la Revolución Molecular disipada, a la población que marcha como un enemigo; el colombiano que no apoya las acciones del estado ultraderechista es conocido como un traidor. Más de 600 manifestaciones en todo el país ven la necesidad de una transformación social como agente de cambio, incluida la Iglesia católica que ha llamado la atención para que se respeten los derechos humanos. La declaración es del Monseñor de Cali, Darío Monsalve.

Abuso policial en Colombia

En el último mes se han conocido en las redes sociales los comportamientos llevados a cabo contra los manifestantes que reclaman sus derechos y que también son escuchados por el gobierno central. Colombia es uno de los países que contiene en su constitución grandes garantías en cuanto al respeto de los derechos humanos, pero surgen algunas dudas sobre la actuación de la fuerza pública en Cali, siendo el epicentro del nacimiento del paro. Por incrédulo que parezca, el gobierno central y regional no tiene intención de detener la escalada de violencia al ver a los heridos y muertos.

Cabe destacar que no ha habido consenso para que la CIDH entre a investigar la violación de derechos humanos que se está dando como consecuencia de la protesta social.  Es preocupante observar la impunidad a plena luz del día, cobrando la vida tanto de manifestantes como de miembros infiltrados de las fuerzas de seguridad asesinados por absurdas órdenes del Estado.

¿Por qué es tan peligroso?

En Colombia, como ya se ha dicho, los manifestantes son conocidos como vándalos, terroristas, comunistas y socialistas, lo que anima a los que tienen creencias opuestas a iniciar la violencia para proteger a los empresarios y menospreciar a la población civil debido a sus niveles de pobreza, cualquier amenaza debe ser neutralizada. Chile es un claro ejemplo de derecho comparado, ya que se podían prever similitudes dado el p o ATRON de las conductas delictivas en el país, Colombia es el segundo país del mundo donde se suprimen los derechos colectivos como el derecho a la protesta, social, laboral, entre otros. El análisis de datos es una fuente confiable para construir estrategias fascistas con modelos paramilitares que se dieron en el programa de seguridad democrática creado por Álvaro Uribe Vélez en su primer mandato para reprimir cualquier amenaza basada en la preferencia política de los ciudadanos. El uso de armas letales y el combate constituyen el mayor número de muertes en las protestas.

Finalmente, el libre albedrío sigue vigente y es la herramienta de las masas unidas con un único fin: frenar la inestabilidad social.