Estamos viviendo una época que muchos de nosotros probablemente nunca imaginamos que viviríamos, una "pandemia" que ha cambiado por completo nuestro estilo de vida. Vivíamos en una época de culto a la velocidad, las 24 horas del día no eran suficientes para realizar nuestras tareas diarias y de repente aparece un supuesto nuevo virus y... ¡Zas! Rompe nuestras vidas por la mitad y aprisiona a toda la población mundial en sus casas, invitándonos a no relacionarnos, a no movernos, a tener miedo de los demás a no hacer nada en común y a utilizar la tecnología como única herramienta de comunicación y trabajo. Es evidente y obvio que el reduccionismo hacia el ser humano existe y se manifiesta con la única intención de humillarnos de forma solapada para entristecernos con las consecuencias que conlleva.

La mayoría de las personas no están preparadas para afrontar esta situación de la forma en que solíamos vivir; en piloto automático, y esto lleva a muchas personas a la desesperación por no poder mantenerse, desarrollarse y relacionarse con los demás como lo hacían antes, con consecuencias nefastas para su vida personal, el miedo se ha metido en nuestras vidas. Lo importante no es lo que vivimos, sino cómo lo vivimos. Ya sea que el COVID-19 tenga un origen natural o artificial, que haya sido provocado o accidental, que sea una pandemia real o exagerada, lo importante es darse cuenta de los efectos que está teniendo por las diferentes medidas que se están tomando, que no es más que un escalofrío en cuanto al distanciamiento social y vernos como una amenaza para nuestra salud, debemos ser inteligentes y aprovechar esta situación para nuestro beneficio y el de todos.

Es el momento de conectar con el interior, de aprovechar este momento y de vivir con un mínimo de dignidad, es el momento de la calma y la serenidad. Es necesario parar, mirar dentro de nosotros mismos y cuidarnos personalmente para poder dar cabida a una nueva humanidad y no estar sometidos a toda esta distopía. ¿Cómo? Amándonos a nosotros mismos. Y... ¿Cómo nos amamos a nosotros mismos? Cuidando de nosotros mismos. Es hora de que amemos y nos amemos unos a otros.

Aprovecha tus dones y talentos para reinventarte, para renacer, ahora que has dejado el torbellino de la vida, detente y obsérvate, comienza a practicar la meditación, aprovecha este momento para saber quién eres y hacia dónde vas, para conocerte. Aprovecha tu compañía y escúchate, haz cosas que pensabas y nunca hiciste, valórate y comprométete contigo mismo, atiende a tu interior para saber lo que es correcto para tu vida y lo que no, en short.... Quiérete a ti mismo.

Comparte. Si tienes dones y talentos que sirven para crear cosas que puedan ayudar a otras personas... Hazlo sin dudarlo, estamos en la era de la tecnología y somos capaces de gestionarla y crearla, intentad hacerlo de forma que sea beneficiosa para el bien común y colectivo, porque ahora es el momento. Aprovecha este tiempo para convertirte en una persona más humana, más humilde, más empática y altruista, aporta todo lo que puedas y cuida de la gente, pero sobre todo, disfruta... ¡Amor!