Los orígenes de la palabra anarquía se remontan a una antigua palabra griega, "anarkhia", que significa, en traducción libre, "sin líderes que gobiernen", lo que dista mucho del caos que la gente imagina cuando oye hablar de anarquismo. Nada más lejos de la realidad. La anarquía no es más que asumir la responsabilidad de gestionar tu propia vida sin la interferencia de otros. Para los que piensan que una sociedad anarquista es sinónimo de "vida revuelta", un ejemplo de cómo se puede vivir sin gobiernos, sin ningún tipo de jerarquía y con leyes tácitas de buena convivencia, es la comunidad Trumbullplex de Detroit. Las decisiones se toman entre todos, la economía se autorregula (¡no necesitamos la Reserva Federal! Bitcoin está ahí y revolucionará el mundo) y la gente hace lo que quiere y no tiene que rendir cuentas a nadie más que a sí misma. Si hay excesos, la comunidad, colectivamente, puede decidir condenar a un individuo al ostracismo, es decir, excluirlo de la vida social. Ya es suficiente.

Otro ejemplo de estructura anárquica que está presente en la vida de todos es Internet. La red es el primer y mayor experimento anarquista de todos los tiempos. No hay normas ni regulaciones gubernamentales. ¡Y fue una revolución en el planeta tierra! Es la democratización de la información, es la mejora evidente de los pequeños y grandes procesos. Se puede decir que hay un mundo antes y después de Internet. Y fue creado colectivamente para el colectivo. Los países que regulan internet, no pueden utilizar todo su potencial, quedando rezagados en una época oscura que sólo la influencia gubernamental trae consigo.

Los intentos de "gobernar" la red en el mundo occidental son ferozmente rechazados por las sociedades. Incluso los críticos acérrimos del anarquismo disfrutan de los beneficios de internet. Internet también dio lugar a Bitcoin, una moneda en línea creada y gestionada colectivamente, sin estar sujeta a las reglas de ningún banco central (FED), respondiendo únicamente a las leyes universales de la oferta y la demanda. De forma anónima, sin tener que rendir cuentas a los gobiernos, se puede comprar y vender en Internet utilizando Bitcoin, que cada vez es más aceptado en la red. Creemos que la moneda online será la próxima revolución en nuestras vidas. Una moneda sin reglas, sin necesidad de conversiones y, sobre todo, sin seguir las reglas e imposiciones de los bancos centrales existentes. Una moneda anárquica, sin propiedad institucional, que pertenece a la humanidad y que inexorablemente vendrá a cambiar el mundo. Otro error muy extendido es pensar que la anarquía es lo mismo que el socialismo. No lo es. Por mucho que algunos preceptos puedan ejercerse y vincularse a la ideología, el anarquismo no puede calificarse de ideología socialista. El socialismo no es más que otra forma de dominación, centralizada y ejercida por un politburó. La anarquía tampoco es una democracia capitalista.

Economías centralizadas, gobernadas por políticos, que dictan las reglas que debe seguir la sociedad... ¿Por qué tiene que haber gente dirigiendo a la gente? ¿Para dirigir burdamente las economías y las direcciones colectivas? ¿Y siempre de forma corrupta? ¡Cualquier tipo de poder, de dominación sobre el otro, va de la mano de la corrupción! El anarquismo es la democracia en su forma más pura, en la que todos deciden y nadie ordena a nadie. La anarquía, es decir, el mundo sin gobiernos, fronteras, iglesias, policías y ejércitos, será el nuevo gran salto en la evolución humana.

Un mundo en el que todos practican la autogestión, en el que las actividades se rigen por el sentido común y no por leyes creadas por quien sea. Al igual que un día dejamos atrás las monarquías absolutistas para adoptar las democracias capitalistas, un día viviremos en la anarquía, aunque yo no esté aquí para verlo.